¿Y si más allá de nuestras propias espectrales proyecciones, se tratará realmente de una mano extendida a fin de liberarnos de nuestros secretos miedos y prisiones? ¿Y si fuera nuestra propia ofuscación la que hubiese confundido realidad y ilusión?
Lo que aquí se pretende, es dilucidar hasta que punto todo ello es posible que nos este pasando.
Este es el triste caballero de la pobre figura: El señor Don Ramón Permanyer Batlle. El artífice actual de este viejo, pero al mismo tiempo, nuevo embrollo. A pesar de las apariencias, este hombre guarda tesoros desconocidos y placeres ricos en matices. Y los guarda todos concentrados en una sola neurona. Según el, conocer y amar dicha neurona es la puerta abierta a infinitos mundos repletos de lucidez y ludicidad. Vayamos pues a ver hasta que punto esto que el afirma es realmente cierto, o se trata tan solo de un nuevo engaño, el fruto ilusorio de una mente delirante.
NewDracul dijo... Parece triste, ido, un hombre que vive sin vivir en el, como Santa Teresa de Jesús. ¿Que fue de aquel niño que observando la belleza del mar comprendió de un solo golpe el infinito que la vida le otorgaba? ¿En que rincón de su psique quedo albergada esa sensación, esa intuición?¿Acaso se perdió en el vasto, casi infinito, mar de dudas y conflictos en los que andan atrapadas las gentes de La Tierra?¿O acaso más allá de las apariencias...? 15 de marzo de 2011 12:28
Este es el triste caballero de la pobre figura:
ResponderEliminarEl señor Don Ramón Permanyer Batlle. El artífice actual de este viejo, pero al mismo tiempo, nuevo embrollo.
A pesar de las apariencias, este hombre guarda tesoros desconocidos y placeres ricos en matices.
Y los guarda todos concentrados en una sola neurona. Según el, conocer y amar dicha neurona es la puerta abierta a infinitos mundos repletos de lucidez y ludicidad.
Vayamos pues a ver hasta que punto esto que el afirma es realmente cierto, o se trata tan solo de un nuevo engaño, el fruto ilusorio de una mente delirante.
Ok... aquí estoy... con más tiempito dilucidaré sobre el asunto en cuestión... bien Ramón.
ResponderEliminarNewDracul dijo...
ResponderEliminarParece triste, ido, un hombre que vive sin vivir en el, como Santa Teresa de Jesús.
¿Que fue de aquel niño que observando la belleza del mar comprendió de un solo golpe el infinito que la vida le otorgaba? ¿En que rincón de su psique quedo albergada esa sensación, esa intuición?¿Acaso se perdió en el vasto, casi infinito, mar de dudas y conflictos en los que andan atrapadas las gentes de La Tierra?¿O acaso más allá de las apariencias...?
15 de marzo de 2011 12:28